¿Deberían todos recibir un trofeo?

Tu equipo de baloncesto pasó semanas preparándose para el torneo. Corrieron alrededor del gimnasio. Practicaron regates, pases y tiros. Todo ese duro trabajo dio sus frutos. ¡Tu equipo quedó en primer lugar! Pero en la ceremonia de entrega de premios, todos recibieron un trofeo. Incluso el equipo que no ganó ningún partido se llevó uno. 

Hay quien piensa que eso no es justo. Dicen que los trofeos deberían darse solo a los que destacan, como los equipos o los niños que quedan primeros. 

Pero otros dicen que también hay que recompensar el trabajo en equipo y el esfuerzo, no solo la victoria. Además, dicen, los trofeos pueden ayudar a los niños a no perder el interés por una actividad. 

Todos deberían tener un trofeo. De no ser así, algunos niños podrían desanimarse y abandonar su deporte o actividad. Conseguir un premio puede aumentar la confianza de los niños. Puede animarlos a seguir entrenando y a esforzarse aún más la próxima vez. Además, ganar no lo es todo. Los niños deberían ganar trofeos porque se han esforzado al máximo. Eso también cuenta. 

Los niños deberían ganar premios solo cuando se lo merecen. Si todo el mundo se lleva un trofeo, los niños que realmente se lo han ganado no se sentirán tan especiales. Los niños que terminan en primer lugar merecen sentir cierta honra. Además, dar un trofeo a todo el mundo no prepara a los niños para el futuro. Al fin y al cabo, los adultos no reciben medallas solo por ir a trabajar.