¿Deberían venderse los fósiles?

¿Cómo llega un dinosaurio al centro comercial? Puede parecer una adivinanza, pero no es chiste. Desde 2014, el esqueleto de un dinosaurio llamado diplodocus se expone en un centro comercial de los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un país de Asia. 

El esqueleto se vendió en una subasta. En una subasta: quien puje más dinero por un objeto, lo gana. Los fósiles de dinosaurio suelen venderse en subastas. El año pasado, un coleccionista pagó unos $6 millones por un esqueleto de T. rex. 

Algunos coleccionistas dicen que vale la pena pagar un precio muy alto por fósiles de dinosaurio. Muchos compradores exhiben lo que compran en sus casas. Pero algunos científicos dicen que los fósiles no deberían venderse nunca a coleccionistas. Creen que los restos fósiles deben estar en los museos. De este modo, los investigadores pueden estudiarlos. 

Muchos científicos creen que los fósiles no deberían venderse al mejor postor. Primero, pocos museos pueden gastar millones de dólares en comprarlos. Cuando los fósiles van a colecciones privadas, los investigadores no pueden estudiarlos. Algunos dicen que es una pena: Después de todo, cuando los científicos examinan los huesos de los dinosaurios, aprenden mucho del pasado. 

Otros señalan que visitar los museos es la única oportunidad que tiene mucha gente de ver los fósiles. Pero eso no es posible cuando los restos fósiles están en casa de un coleccionista. 

“Estos fósiles de dinosaurio tienen información importante —dijoThomas Carr. Carr, paleontólogo de la universidad Carthage College de Wisconsin—. Una vez que perdemos un fósil a manos de un coleccionista privado, es como si perdiéramos una parte de nuestra memoria permanentemente; nunca vuelve”.

Algunas personas opinan que se debería permitir a los cazadores de fósiles vender los restos de dinosaurios para ganar dinero. De lo contrario, muchos fósiles nunca se desenterrarían. Esto es porque la búsqueda de huesos de dinosaurio es cara. Muchos museos no pueden permitírsela. 

“Encuentro cosas que puede que no se encontraran de otra forma” —dijo Craig Pfister. Es el propietario de Great Plains Paleontology, una empresa de búsqueda de fósiles —. Si un fósil nunca llega a encontrarse y se erosiona, todo el mundo pierde”. 

Además, señala Pfister, los fósiles que se venden en las subastas suelen ir a parar, de todos modos, a manos de investigadores. 

Por ejemplo, en 2008, un postor ganó un esqueleto de triceratops. Poco después, lo dio a un museo de Massachusetts. Allá sigue expuesto.